COVID-19 | Tercera ola: ¿Desgracia inminente?

No solo se habla con certeza que todo el país afrontará una tercera ola de contagios de Covid-19, se menciona incluso la posibilidad del retorno a un confinamiento estricto (como ya ocurre en algunos países); y es que las cifras de contagios empiezan a incrementarse. Las razones son varias, pero entre las principales pueden contarse la ya presente variante Delta y la conducta social de generalizado descuido y desafío a la autoridad.

25 de agosto de 2021

 


 

La saturación de hospitales puede volver a ser una realidad si se continúan relajando las medidas de bioseguridad frente al virus. El último miércoles, después de varias semanas con pocas personas contagiadas por día y muy baja cantidad de decesos a nivel nacional, llamó poderosamente la atención conocer que de un día a otro se habían reportado 120 pérdidas de vida a consecuencia de la covid-19 en todo el país. Estas cifras, si bien corresponden en dos terceras partes a una actualización de registro, sirve también para reflexionar nuevamente sobre las fatales consecuencias de adquirir el virus y el ya olvidado riesgo de volver no solo a un confinamiento estricto, sino la saturación de espacios de hospitalización para pacientes covid. La vacunación, por otro lado, es una de las medidas más efectivas para evitar la hospitalización severa y la muerte, pero no evita el contagio.

Las proyecciones indican que los hospitales se verán saturados por casos a consecuencia de la variante Delta.

RECUENTO Horas más tarde de identificar el primer caso positivo de covid-19 en La Libertad se dieron las primeras restricciones a nivel nacional, era marzo del 2020. Aquel domingo ya habían pasado casi diez días desde que llegó el caso cero a un centro de salud peruano. Solo cinco días antes, el 11 de marzo del 2020, la Organización Mundial de la Salud decidió declarar al brote de la Covid-19 como Pandemia. Para mayo de 2020 los hospitales eran insuficientes para atender la innumerable demanda por camas de hospitalización y camas UCI, centenares de pacientes requerían balones de oxígeno para aferrarse a la vida. Superamos una primera ola que se ensañó con los adultos mayores y que se extendió hasta fin de año. 2021 inició con una segunda ola que solo minimizó su impacto a partir de mayo tras el tiempo transcurrido que permitía contar con la inmunidad que ofrecía la vacuna contra la covid-19. Incluso en abril de este año en La Libertad registró un tope de 40 fallecidos en un día. De acuerdo con el reporte de la Gerencia Regional de Salud, hasta el 24 de agosto se registraron en La Libertad un total de 124 115 casos positivos del nuevo coronavirus y 10 033 fallecidos.

La muerte no ha cesado. Desde el inicio de pandemia La Libertad ha superado los diez mil fallecidos. Foto: Ivan Orbegoso.

VACUNACIÓN

Las colas para última jornada de vacunación, que inició el pasado jueves y se extendió hasta el sábado, fueron numerosas. Desde la tarde del día previo decenas llegaron hasta los puntos de vacunación para obtener su segunda dosis, ya por la mañana eran miles para obtener una de las 50530 vacunas Sinopharm y Pfizer. “Llegamos a un 95% que es algo que nos da mayor tranquilidad porque habían muchas personas que se estaban quedando sin su segunda dosis y sí o sí tienen que cumplir con la segunda dosis para dar la protección de la vacuna. Era necesario tener este insumo para seguir vacunando a la población”, señaló a Investiga la titular regional de Salud, Kerstyn Morote.

La primera vacuna en La Libertad (Sinopharm) fue aplicada el 10 de febrero de 2021 al Doctor Jorge Alejandro Loyola Díaz, Jefe del Departamento de Emergencia y Cuidados Críticos del Hospital Regional Docente de Trujillo.
Foto: Eduardo Pérez Li.

PROTECCIÓN La Sociedad Peruana de Medicina Intensiva informó esta semana que de cada diez pacientes covid en salas UCI nueve no tienen vacuna alguna y la persona restante solo cuenta con una dosis. VARIANTE DELTA Y FACTORES DE RIESGO Uno de los factores protagonistas en la presencia de una tercera ola es la denominada variante Delta, la cual se propaga con mayor agresividad entre la población. Esta variante, identificada por primera vez en la India, a diferencia de la cepa inicial de este virus tiene ya no un 70% de contagio en un ambiente cerrado o poco ventilado, sino que alcanza un 100%. Hasta el último reporte, se tiene la presencia de la variante Delta del coronavirus en Arequipa (7 casos), Lima (39 casos), Ica (14 casos), Pasco (10 casos), Junín (16 casos), Apurímac (1 caso), Huancavelica (1 caso), Ayacucho (1 caso), Lambayeque (1) y la provincia Constitucional del Callao (16 casos). Como contención en todas las regiones se responde con el aislamiento hospitalario del paciente y un control o contención de su entorno para evitar esa explosión de propagación que tiene como posibilidad. Sumado a este peligro tenemos la excesiva confianza o relajamiento social por la que se empiezan a desatender las medidas sanitarias. Un no infectado no asume su posibilidad de contraer la enfermedad y se convierte en un riesgo andante al poder ser un transmisor asintomático. Un gráfico ejemplo registrado en La Libertad ocurrió con una joven embarazada que se dispuso al mayor cuidado, evitó salir de casa por temor a la enfermedad para cuidar a su hijo; sin embargo, su pareja decidió acudir a un encuentro deportivo donde se contagió del covid-19, luego éste contagio a la gestante. El terrible resultado fue la muerte de madre e hijo. La titular regional de salud, Kerstyn Morote, señala que «Es una variante de preocupación justamente porque es más contagiosa, tiene mayor carga viral. Antes hablábamos que en una reunión -cuando habían un paciente con covid- estaría contagiando a un 70 u 80% de las personas que están a su alrededor; en cambio una persona con variante Delta al ser más contagiosa y tener más carga viral puede infectar al 100% de los que están en un mismo lugar». Si bien las relaciones interpersonales son una necesidad humana, Morote García da algunas recomendaciones para tener en cuenta: «En toda reunión no deben pasar más de 25 minutos dentro de un espacio y este lugar siempre tiene que tener las ventanas abiertas, estar ventilado, y las puertas abiertas. Si no cumple con estas medidas uno no debería reunirse con ninguna persona porque es un riesgo alto».

El tratamiento de un paciente internado por Covid-19 es invasivo, generando que luego de salir del cuadro complicado deba pasar por múltiples terapias para reaprender procesos básicos como caminar y digerir alimentos.

EL RIESGO En un contexto ideal frente a una tercera ola la meta es tener mínimamente 1 300 camas UCI por región; sin embargo, la realidad es otra, aunque no por eso desalentadora. “Según las proyecciones que nos ha presentado la CDC (Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades), la necesidad es de 1300 camas UCI, eso no lo vamos a tener ni nosotros ni ninguna otra región. Entonces en lo que nosotros nos hemos abastecido, y bastante, es en el tema de oxígeno, tenemos 17 plantas a cargo del gobierno regional, en el tema de recurso humano, que todavía vamos a seguir contratando más personal”, dijo Morote, de la gerencia regional de Salud.

NUEVO GRUPO VULNERABLE Actualmente los grupos vulnerables frente a la covid-19 en sí misma y a la variante Delta son los jóvenes y los menores de edad; es decir las personas que aún no cuentan con vacunación. Junto a este aspecto es indispensable manifestar que si uno no se cuida va a diseminar la enfermedad entre población que incluye a niños, adolescentes y en aquellos que no han sido vacunados. “Recordemos que no significa que por estar vacunado uno está libre de ser contagiado, uno puede contagiarse, pero no voy a utilizar cama UCI o quizás hospitalización, pero yo sí puedo contagiar a mis hijos, puedo contagiar a personas vulnerables o que no se han vacunado todavía. Entonces hay que pensar no solo en uno, sino en toda nuestra familia y la mejor forma es cuidarnos de cualquier riesgo que tengamos”, recuerda Kerstyn Morote. CAPACIDAD DE CONTENCIÓN La Geresa informó que el abastecimiento en cuanto a oxígeno medicinal, elemento necesario cuando la enfermedad avanza a cuadro severo, es suficiente entre adquisición estatal y apoyo de privados.  “Actualmente tenemos 17 plantas de oxígeno del gobierno regional que están distribuidas en toda la región, hay 8 adicionales que son de Essalud y establecimientos privados, en total 23 ahí y se está trabajando los proyectos de 17 plantas más. Una de ellas es de la planta criogénica, entonces nosotros sí vamos a tener abastecimiento de oxígeno, ahí no hay ningún problema”, informó Kerstyn Morote, quien este martes presentó un plan de contención ante la tercera ola que se centra en la inclusión de las autoridades locales para labores informativas, fortalecimiento de la atención primaria en los centros de salud, ampliación de servicios de hospitalización, y distribución de los primeros 150 mil kits de mascarillas (incluye 2 mascarillas textiles y 12 quirúrgicas) para los distritos de la costa. Morote pide además no bajar la guardia frente para no ser víctima de la nueva variante: “Mientras la población continúe bajando la guardia o no utilizando las medidas de bioseguridad se va diseminar la enfermedad. Es muy importante el comportamiento social para que cortemos de la transmisión del virus y nosotros tengamos la provisión de servicios como ahora que tenemos casi 270 camas hospitalarias disponibles ante cualquier caso, también tenemos 40 camas UCI. Si no se disemina mucho la enfermedad y tenemos algunos casos, tenemos la posibilidad de enviarlos a un Centro de Atención Temporal, de enviarlos a hospital nivel 2 o 1. Si requiere ventilador mecánico, hay ventilador mecánico, pero si uno no se cuida va a diseminar la enfermedad en aquellos que no han sido vacunados. No hay que confiarnos porque el hecho que la región diga que ya tenemos camas, camas UCI o que tenemos oxígeno no debe ser un indicador para decir ‘me voy a jugar fútbol’ o ‘me voy a la fiesta’. No nos confiemos porque ya hemos tenido casos en la segunda ola donde en un matrimonio 14 quedaron infectadas de covid y 8 fallecieron”. Desafiando a la muerte A propósito de la conducta social irresponsable que es un factor que puede desencadenar esta nueva ola de muerte, ¿qué lleva a algunas personas a desafiar a la autoridad, desatender recomendaciones y minimizar un virus mortal que se propaga en cuestión de segundos? El antropólogo Carlos Mozo Blas, Doctor en Ciencias de Desarrollo Social y docente de la Universidad Nacional de Trujillo, explica que hay un placer que linda con lo cruel al exponerse al peligro y salir bien librado. Detalla también que esto se da, principalmente, en personas de poca madurez. El docente universitario manifiesta que “el ser humano tiene un comportamiento impredecible. Como dicen en el argot criollo ‘uno ama al peligro’ y elevar los niveles de riesgo, de la seguridad, de la tranquilidad les da satisfacción”. Sostiene que estas personas no miden el peligro ni consecuencias, y los adolescentes asumen que “tengo que divertirme, la vida es una, el futuro no existe y el pasado ya fue”.

Ni el riesgo de una cepa mucho más contagiosa es impedimento para que cientos de covidiotas se reúnan cada semana sin cumplir protocolos de bioseguridad.

Los mejores sistemas sanitarios del mundo o la optimización del sistema de Salud peruano no pueden resolver esta carencia de respeto colectivo. La decisión y acción de cuidado propio y de los cercanos es propia. Eso marcará la diferencia en el impacto de la tercera ola que ya se inició en algunas regiones del país.

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